Vivan los gimnasios

Últimamente voy mucho al gimnasio. Mucho. Tanto, que hasta a veces pienso que es posible llegar a verano con el culo de Beyoncé (es por todos sabido que de ilusiones se vive). 

Y el caso es que a veces voy y estos ojitos míos presencian escenas dignas de peli de risa, pero de las que te ríes de verdad. Que a veces no soy ni capaz de recuperar la concentración después y mi integridad física peligra porque me descojono según hago sentadillas con 90 kg o press de banca con 20 y estoy a puntito de sepultarme debajo de la barra de la flojera. 

Pero el otro día fue LO MÁS. Fue el Óscar a la genialidad en una escena de gym jamás imaginada. Yo he decidido bautizarla como 'el arrastre fálico'



WHAAAAAT?

Entro en materia:


Hay en mi gimnasio un grupito de pipiolillos así en plena efervescencia hormonal que llevaban entrenando juntos unos cuantos días y, sólo por su atuendo, PROMETÍAN. 

Después de llevar observándoles varios días y riéndome con ellos (porque hacen todos los ejercicios así en corro y despollaos), llegó el día en que decidieron separarse en parejas para hacer ejercicios diferentes: aquí empieza la debacle, ERROR UNO. 

Dos de los chavales se quedaron haciendo press de banca inclinado. 

'Pelirrojo' estaba en el banco, un chaval-espárrago-de-La-Carretilla (espárragos consistentes) que llevaba calcetos blancos a media canilla y pantalones cortos y rectos, así muy años '80 todo.

'Tupé' estaba subido a la parte trasera del banco, para hacerle la 'ayuda' a su amigo. Llevaba un atuendo similar pero sus brazos parecía que iban a aguantar un poco más. PARECÍA. 

Pelirrojo inicia levantamiento. Bien. Todo correcto. Aplausos y alegría... y subir peso, porque esto no se va a quedar así. 




Sube peso.

MAZO.

Tupé se coloca para hacer la ayuda pero comete error de confiado y, cuando pelirrojo inicia levantamiento, está A POR UVAS (error dos). De repente, un gritito leve de su amigo le alerta de que algo va mal: se han venido arriba con el peso y ahora el peso LES VA A TRAER ABAJO a ellos. 

Tupé intenta tirar de la barra, que amenaza con sepultar a pelirrojo. Lo da todo por su amigo, tanto da que se olvida de que está en lo alto de un banco INCLINADO y que la gravedad no perdona. Y entonces, tupé comienza a resbalar por la cara de pelirrojo, falo en cabeza, restregándoselo bien a su amigo por su cara mientras se oye un grito de auxilio fálico 'PERO ¿QUÉ HACEEEEEEEES?'. Pelirrojo está siendo sepultado por la barra y además rebozado por el falo de Tupé. La vida es dura. 



Casi tan dura como la de este señor esquiador. 

Tupé no desiste y resbala bien pegadito a pelirrojo hasta la zona donde el banco es horizontal: la zona donde se encuentra el falo de pelirrojo... y entonces la barra sepulta los huevos del pobre chaval, que grita 'AHHHHHHH'. 

Todo esto yo lo estaba viendo sentadita, a cámara lenta, a dos metros de ellos y sin poder reaccionar de ninguna manera porque no me podía creer que ese tipo de escenas fueran posibles fuera de 'jackass' o de 'colega, ¿dónde está mi coche?'

Tras oír los gritos de auxilio, otro de los pipiolos viene en ayuda de sus amigos. Cuando ve la escena y ante la vergüenza ajena que le provoca, empuja a Tupé (que intenta descabalgar como puede sin morir) y levanta la barra para liberar, por fin, los huevos (ya fritos) de Pelirrojo.

Es que me encanta entrenar en el gimnasio.

ME-EN-CAN-TA. 






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