Lo esencial es invisible a los ojos





Todos deberíamos aprender de El Principito. No sólo del personaje en sí, sino de todo lo que Saint-Exupery nos transmite a través de ese niño de pelo rubio alborotado, mirada infinita y corazón inmenso. 

El Principito es capaz de ver lo que otros ni si quiera intuyen, de imaginar sin límites, de crear un mundo de fantasía y realidad que se solapan y tienen un denominador común: 

amor x curiosidad x bondad

El Principito cree en aquello que no ve pero que sabe que está ahí. Y es quizá eso lo que mantiene su pasión y su espíritu libre: saber que eso que no sabes si existe, existe. 

Creo que hay un 'personaje' fundamental en este libro y no es el piloto, sino la Rosa. Esa rosa que no valora nada de lo que tiene hasta que deja de tenerlo, que sólo ve lo superficial pero a la que lo esencial se le escapa. Esa rosa que podría perfectamente ser nuestro espejo. El espejo de aquellxs que tienen que mirar para poder ver y que perder para sentir y comprender. 

'Sólo se ve bien con el corazoón; lo esencial es invisible a los ojos' decía exactamente la frase de Saint-Éxupery; y yo, sin dejar de estar de acuerdo con él, voy a permitirme parafrasearle:

'lo invisible es esencial al corazón'


La complicidad, la confianza, el amor... son sentimientos que, en cierto modo, se sostienen en lo invisible; en todas las acciones que esa persona hace sin que tú lo veas, pero que es lo que os hace fuertes. 

Tan importante es decir 'te quiero' como 'le quiero'. No se trata de gritarlo desde todas las azoteas, sino de sentirlo desde cualquier tejado y no dejar lugar a la duda. Justo por eso, porque lo que no vemos es lo que construye los lazos de la fortaleza. 

Porque solos y abrazados en una habitación se pueden decir muchas cosas, pero si se sienten todas, se sienten también rodeados por una multitud y sin que esa persona pueda escucharte.

Porque El Principito, incluso a años luz de su pequeño planeta y de su Rosa, no dejó de amarla. 

Aunque ella no supiese mirar con el corazón.

Aunque lo esencial, se le escapase. 

Pero él nunca olvidaba que lo esencial es invisible a los ojos... y lo invisible, esencial al corazón. 



















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