Nos dejamos de tonterías... o qué?
No
tengo muy claro cómo se llega a este punto, pero el caso es QUE SE
LLEGA. Un día de repente te levantas (o te acuestas, depende de cómo
lo mires) y te das cuenta que hace meses que ves a alguien y que no
vais A NINGÚN LADO.
Y
habrá gente que diga: bueno, eso es bien. Os estáis conociendo,
estáis yendo poco a poco, os lo tomáis con calma… BLA BLA BLA.
No, my dear. Estáis mareando la perdiz, que se dice en mi pueblo. De
hecho, ni eso. Estáis mareando. A secas.
Estáis mareando Y LO SABES
Conocerse
está bien, ir despacio también. Pero vamos a ser realistas, ¿a
quién le gusta una relación así como sin definir entre el
follamiguismo y el novietismo? Una relación que un día es a
tope de pagüerflagüer y al día siguiente es a tope de sailens (de
silencio, así como de la ausencia total de toda comunicación
posible). Y aquí, justo en este momento, entra mi chupiamistad con
las famosas 'etiquetas'. Cómo me parto con la gente de 'es que a
mí no me gustan las etiquetas'… YA, CLARO. A tí te mola
mogollón ir desetiquetao y ser un rebelde de la vida, con los
pelicos al viento y sin rumbo marinero. NO TE LO CREES NI TÚ, MY
FRIEND.
Vamos
a ser honestos. A todos nos gustan las etiquetas. ¿Qué es una
etiqueta? UNA DEFINICIÓN. As simple as that (o
tan simple como eso, para los amigos). Por ejemplo, yo
soy rubia. ¿Qué hago si alguien me dice 'eres rubia'? ¿Le digo:
oye tío, que a mí etiquetas no eh? Pues... NO. Tonterías las
justas. Etiquetas no, cuquis. REALIDADES. ¿Que te da miedo definir
lo que tienes? Ay amigx, eso ya es otro problema.
Retomo,
que al final pierdo el hilo: a todos nos gustan las etiquetas.
Incluso a esa persona a la que la etiqueta 'novio' le repele, es
capaz de usar la etiqueta 'follamigo' o 'nos estamos conociendo'.
Bueno, tú miéntete todo lo que quieras, que no seré yo quien te
quite la felicidad de pensar que eres unx chachi de la vida rebelde,
pero estás definiendo un tipo de relación…. Osease: estás
etiquetando. YEAH.
Cuando
llevas algo así como más de seis meses con alguien y la cosa no va
ni p'alante ni p'atrás; cuando al verle no sabes si comerle los
morros o darle la mano y una palmadita en la espalda; cuando un día
sois novios y al día siguiente ni os preguntais qué tal…. ALGO
PASA. Yo me pregunto: ¿alguien se siente cómodx así? ¿Es
posible estar agusto en algo que no sabes qué es? ¿Es
posible querer seguir en algo que no se mueve? A lo mejor es que
yo en mi vida siempre le busco finalidad a todo, siempre busco
crecer, aprender, avanzar… A lo mejor es que soy una lanzada de
la vida y me gusta saber en qué campo juego para saber donde marcar.
¿Cuadriculada? ¿Poco aventurara? A ver, espera, que lo pienso…
Mmmm… NO.
¿Por
qué nos cuesta definir ciertas cosas? ¿Por qué nos cuesta ponerle
nombre? Hace tiempo leí un fantástico libro sobre motivación y
empoderamiento que decía que una vez que le pones nombre a tus
miedos y los dices en voz alta, dan mucho menos miedo. Porque los
has identificado, sabes dónde juegas. Creo que cuando no somos
capaces de definir algo, en el fondo es porque nos da miedo
verbalizar lo que pensamos realmente porque no se corresponde con lo
que queremos o lo que sentimos… pero, ¿qué es lo peor que puede
pasar? ¿Que avances? Avanzar a veces duele, pero también
reconforta, alegra y enseña.
Así que déjate de tonterías, agárrate a tu miedo, ponle nombre y hazle frente. Arriesga, avanza, abraza y di te quiero. O no lo digas, pero no te escondas detrás de un 'no quiero una etiqueta'.
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